¿Has escuchado hablar del Kéfir? Seguramente en Chile los conoces por el nombre de yogurth de pajaritos, una bebida fermentada a base de leche.
Lo cierto es que el nombre Kéfir se refiere a los granos con los que se fermenta la leche como también al producto resultante. Para hacer Kéfir se deben depositar los granos en frasco de vidrio, se le pone leche entera (no descremada), ya que trabaja con la lactosa que tiene la leche, se cubren y se deja reposar en un lugar fresco y seco (preferiblemente en algún mueble oscuro), por 24 horas. Pasado el tiempo se puede colar para rescatar el producto resultante.
Para lavar el kéfir es recomendable lavarlo con la misma leche entera, para posteriormente verterlos en el frasco de vidrio y poner leche para repetir el procedimiento.
Para quienes no les gusta el sabor, o lo encuentran un poco ácido, pueden comerlo con un poco de mermelada, frutas, cereales, granolas o avena.
A medida que se utilizan, van a ir creciendo, y cuando la cantidad se hace mucha, es necesario sacar los sobrantes, los que se pueden regalar a familiares o amigos, o personas que quieran tener este producto natural.
El Kéfir tiene innumerables beneficios para quienes los consumen, entre los que se cuentan tratar los problemas digestivos, mejorar la flora intestinal, mejorar la salud de los huesos y combatir infecciones bacterianas de forma natural, además que es una excelente opción para que las personas intolerantes a la lactosa consuman yogurth.
Ustedes, han probado este producto ¿Con qué lo consumen?