Nadia Soledad Aedo Ramos, más conocida como “Nadia Sol” en el mundo del folclor, lleva más de 30 años cultivando la música tradicional chilena. Su voz y su guitarra han recorrido diversos escenarios de la Región del Maule, incluso hasta Argentina.

 Cuenta que descubrió su pasión por el canto en la parroquia San Miguel Arcángel de Colbún cuando a los once años decidió integrarse al coro de la iglesia católica. “Fue gracias a que una prima me invitó. Yo no sabía tocar guitarra, pero me llamó la atención, y uno de los amigos del coro, Leo Morales me enseñó tres acordes, La Mayor, Mi Mayor, Re Mayor, en esos años me pasaron una hoja con los acordes y los empecé a estudiar”, cuenta Nadia.

En el coro practicaba tres veces a la semana, hasta que aprendió las primeras melodías y logró aprender su primer tema: “La Petaquita”. “No tenía guitarra en ese tiempo, iba a ensayar a la iglesia y mi prima tenía una guitarra con cuerdas metálicas, era súper doloroso y mi papá me dijo: Si aprendes a tocar guitarra te regalo una”.

Aprendió, y a los 14 años su padre le regaló su primera guitarra, ese fue su impulso para nunca más parar de tocar acordes. Sus primeras presentaciones fueron en el colegio, La Providencia de Linares, donde compuso su primera canción en honor a la Virgen María en el marco de la participación en un festival católico. Ese momento selló su vínculo entre la fe y el canto.

Desde ahí en adelante no paró y comenzó a participar en festivales diocesanos en la provincia de Linares. “En ese momento yo pensé en componer temas, buscaba por el mismo colegio, iglesia o con las profesoras de música que también me sacaban de clases para ir a cantar en actos a la Municipalidad de Linares o en actos públicos”, recuerda con nostalgia sus primeros años.

Más tarde, en su afán por tocar nuevas melodías, a los 17 años junto a sus amigos de la iglesia crearon el grupo “Nueva Alborada”. “Estaba Overdan, Marisol y otros chicos, Fue una temporada corta, pero intensa. Participamos para Fiestas Patrias en varias presentaciones y recorrimos muchos sectores de la comuna: Quinamávida, Rari, nos presentamos en la media luna y por temas de tiempo no seguimos”, recuerda.

Luego integró el grupo “Las Chileneras”, junto con su hermana Mónica, Perla Oñat y Pamela Mancilla, participó también en los Festishow de Colbún, donde en una de sus versiones obtuvo el 2do lugar,

Desde el año 2021, Nadia forma parte de la Asociación Nacional de Cantoras de Chile, que reúne a mujeres de distintas edades y estilos de folclor, quienes juntas han impulsado que el día 14 de marzo se celebre el día de la Cantora Chilena, una fecha especial dedicada a valorar la cultura y legado de quienes mantienen viva esta tradición del canto popular chileno.

“El pertenecer a esta Asociación me ha servido muchísimo, ha sido un impulso porque somos muchas mujeres en todo Chile”, expresa Nadia al hablar sobre la agrupación que convoca a mujeres de Arica a Punta Arenas.

Gracias a su conexión con la Asociación en abril de 2025 participó en el “1er Encuentro Intercultural Internacional de Mujeres Cantoras”, en la ciudad de Malargüe, Argentina. “El estar cantando allá fue algo muy bonito, me dio mucho orgullo, sentí que pude llevar mi esencia y mis raíces a otra zona, me generó mucho sentido de pertenencia”, recuerda con emoción al hablar sobre su primera presentación internacional.

Canto con raíces

Hoy su repertorio incluye cuecas, tonadas, vals, correteados, todos géneros que forman parte del cancionero tradicional chileno. Para Nadia Sol, el canto es más que interpretación: es evocación, emoción y conexión con la identidad.

“Soy de la idea de que hay que pasar esa barrera y transmitir emociones. Me faltará mucha técnica, pero siempre tengo claro que lo que hago tengo que hacerlo desde adentro, desde el alma, la ilusión de que a la gente le guste y le transmita emoción”, indica Nadia.

Para ella el canto es mucho más que una expresión artística. “Es mi cable a tierra, es mi conexión, es una terapia porque el cantar y tocar la guitarra me desconecta de todo el estrés diario. Es mi terapia tanto física como emocional, porque el canto me conecta conmigo misma, es un relajo físico porque me olvido de las cosas y me concentro en transmitir la canción y en interpretar, me conecto con mi yo interior, porque para lograr interpretar tienes que llegar a eso”, reflexiona.

Pese a que ama profundamente la música folclórica, hay canciones que tocan las fibras más íntimas de Nadia. Esas son las canciones religiosas, las mismas que la vieron nacer como artista y cantora popular.  “Me gusta el tema “Nadie Te Ama Como Yo”, creo que es de ese tipo de canciones que me conectan con Dios y conmigo misma, que cuando estoy sobre cargada emocionalmente y cantarlas me devuelve la paz”, confiesa

En ese sentido, si bien ahora está alejada del coro de la iglesia que la vio nacer, sabe que tarde o temprano volverá a ese lugar que fue su refugio durante sus inicios y adolescencia. “Yo creo que en un tiempo no muy lejano volveré donde partí porque todo tiene su retorno y uno vuelve a su origen”, cuenta.

Proyectos

Desde el año pasado, Nadia Sol ha sumado una presencia especial a sus presentaciones, y es que su padre, Héctor Aedo Acuña, la acompaña tocando el pandero. “Para mí es un orgullo tocar con él y es algo que lo considero como un verdadero regalo el poder hacer música junto a él”, expresa emocionada.

El vínculo musical que se ha formado entre ambos también ha sido un reencuentro. “Cuando yo era chica mi papá trabajaba para afuera en faenas, entonces por temas de tiempo y laborales no pudo estar tan presente. Esto ha sido como recuperar el tiempo perdido y compartir algo tan significativo como el canto ha sido una forma de volver a encontrarnos”, indica Nadia.

Sumado a esta nueva experiencia de compartir escenario junto a su padre, tiene presente afinar los últimos detalles para sacar su primer disco, en que ha trabajado por cerca de un año y medio. El álbum llevará el nombre de “Mis Raíces”, y estará compuesto por once temas: nueve de autoría propia y dos de folclor tradicional chileno.

Sobre su futuro hoy Nadia es clara al señalar: “Mi sueño es que el canto popular sea valorado, reconocido de la misma forma como lo es la cumbia ranchera. Quiero seguir cantando hasta cuando Dios me de vida, aprovechar los momentos y seguir haciendo más amigas cantoras de todo Chile, porque esto nos potencia, nos apoya, quiero seguir entregando este arte popular y mostrarlo, difundirlo, así me veo el día de mañana”

Cantora de oído, autodidacta y amante de la música tradicional. Nadia Sol proyecta su canto como una forma de vida y un legado que honra sus raíces y se abre camino en el mundo de la cultura y folclor.

Esta joven cantora Colbunense es un ejemplo para las nuevas generaciones de cantoras.