En nuestro viaje al sur, antes de viajar a la frontera para cruzar a Bariloche, decidimos pasar a conocer la ciudad de Frutillar, esta sería la parada ideal para tomar desayuno, frente al Lago Llanquihue.

Desde Puerto Varas, nos demoramos alrededor de 15 minutos en auto en llegar a Frutillar, primero pasamos por el conocido Frutillar Alto, para tomar el camino hacia la ribera del lago y estacionar para caminar un poco por la ribera.

Entre los atractivos, destaca el Teatro del Lago, con 10 mil metros cuadrados de construcción de última generación, y que se emplaza en armonía con la arquitectura de la ciudad. Para quienes lo quieran conocer por dentro, el lugar cuenta con visitas guiadas.

Al frente del Teatro, nos encontramos con el famoso local Kuchenladen, una parada obligada para probar el tradicional kuchen sureño. Acá puedes encontrar el kuchen de murta, de arándano, tortas de amapola, tres leches, por nombrar algunas. Nosotros pedimos para servir en el local y para llevar. En especial recomendamos la torta de amapola.

A un costado del Teatro del Lago, se ubica otro lugar icónico de Frutillar, el Muelle. Tiene una longitud de 60 metros, de los cuales 30 están construidos sobre el agua. Este es un hermoso paseo peatonal y mirador, para obligada de los turistas para tomar la tradicional fotografía del lugar.

Al frente del Muelle se ubica la Municipalidad, y a un costado una pequeña feria artesanal, donde se pueden encontrar recuerdos típicos. Nuestra parada fue corta, para tomar desayuno y conocer un poco, ya que debíamos seguir rumbo a la frontera.

En general, en Frutillar destaca la hermosa vista al Lago Llanquihue, con su playa de arena negra y sus aguas cristalinas.

Para quienes tengan más tiempo, pueden visitar el Museo Colonial Alemán de Frutillar, el Parque Lavanda, la Estación Experimental de Frutillar, entre otros.